Si estás cerca del Palacio de la Música en Barcelona, un pequeño Bar en diagonal a la entrada, sorprende con tapas atípicas en un ambiente agradable.
Un lugar de decoración ecléctica, buena música y tapas no convencionales se abre paso en una de las calles que salen al lado del Palau de la Música.
En el 9 del Carrer de Verdaguer y Callís nos encontramos con un bar muy pequeño de pocas mesas, una decoración con flores y detalles que combinan dando un ambiente muy agradable y relajante.
Una barra con una enorme fuente con cerezas y una sola persona en una cocina mínima, ofrecen alternativas de bebidas como un «tinto de verano» y platos bien servidos.
Probamos un salmón marinado en café, wasaby y jengibre, boquerones y un carpaccio de balacalao marinado en té earl grey.

Acompañados con ensaladilla de atún y hummus ahumado además de tostadas para acompañar y untar con una salsa con cebollín fresco que iba muy bien con los pescados.

Los platos resultaron tan bien servidos para ser tapas que la versión de patatas bravas consistente en papines fritos con cáscara, pasaron sin pena ni gloria.
La carta posee otros platos y el lugar tiene opiniones diversas. Nosotros optamos por los platos que nos habían recomendado unos amigos y nos fue muy bien.
No tienen Coca Cola pero poseen una gran variedad de bebidas para hacer tragos.

Los precios razonables para lo que comimos y como detalle la cuenta vino acompañada de unas cerezas.
El baño es compartido y realmente mínimo, minúsculo.
Nosotros tuvimos linda experiencia un mediodía de verano. Eso si cuando salimos, no nos podíamos mover de tanta comida! Nos fuimos caminando a dormir una siesta.
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